LA PROFESIÓN DE PELUQUERÍA
Breve
introducción.
PROLOGO
Los peluqueros/as son artistas y crean sueños
personales como lo hacen los arquitectos: la composición básica puedes ser
simple y clara; el refinamiento aparece en el detalle.
Jugando con la moda como una expresión de
audacia, una relación llena de suspenso
y energía positiva.
Es esencial que el profesional de peluquería, se
anime a nuevas aventuras pero sin perder el estilo particularmente sofisticado.
Si me he decidido a escribir este libro, es porque
se de lo que voy a hablar, es mi tercer libro, y los dos anteriores han sido
libros de autoayuda, sin embargo, aunque este no sea de autoayuda, podrás ser
un buen comodín, para el profesional peluquero/a que este empezando, este en
medio de su carrera profesional y quiera ampliar conocimientos, o bien haya
pasado un tiempo sin ver novedades, y desea reciclarse en su trabajo.
Espero de todo corazón, que sea un libro que os
sirva mucho y podáis consultar a menudo.
Mi intención no es escribirlo con palabras extrañas,
sino más bien con facilidad de entendimiento para que pueda ser comprendido por
todo aquel que se quiera adentrar en su lectura.
En él encontrareis consejos para ayudantes,
estilistas, técnicos coloristas, que podréis utilizar en vuestro día a día del
salón, no obstante como los tiempos avanzan una barbaridad, supongo que en unos
años habrá que hacer una segunda edición ampliada, eso será señal que se
vendieron todos los ejemplares, y dará a entender que vosotros, los
profesionales estáis interesados en ampliar conocimientos y utilizarlos sin
parar.
Mi gran experiencia profesional me lleva a
escribirlo también, porque desde hace muchos años, no se ha escrito ninguno en
este sentido. Un libro completo, dónde encontrar todo lo relacionado en la
peluquería, desde sus principios hasta hoy.
Espero que sea claro y conciso, mi intención al
hacerlo es esa, para que una vez leído cada tema, podáis llevarlo a la práctica
rápidamente, ampliando así en vuestro salón los servicios a vuestra clientela,
y las entradas económicamente hablando.
Las Academias de Peluquería son el acceso directo a
un mundo laboral con claras perspectivas de futuro, pues la imagen y la
estética dominan la cultura contemporánea.
Para lanzarse al mundo de la peluquería, hace falta
algo más que ganas de trabajar, se necesita una buena formación académica.
Las buenas academias deben tener como meta,
transmitir al alumno una buena formación,
desarrollar su creatividad, motivar sus inquietudes y desde luego dejar
muy claro que el triunfo solo es para los que trabajan y se superan día a día.
Los cursos Privados, son un complemento a los
Oficiales, tanto para iniciarse como para perfeccionarse.
Tener un buen libro que hable de la nueva
peluquería, sin dejar de hablar de la antigua, merece la pena.
He recabado información, por internet, en mis libros
de tiempo de academia, y en alguno actúales, y me doy cuenta que faltan cosas,
cosas que puedo aportar, incluyendo las que deben estar en cualquier libro de
peluquería. Las que faltan, son las que mientras he podido he enseñado en los
cursos a mi alumnado.
Empecemos pues esa lectura, de fácil comprensión, y
hagamos de nuestra profesión, un culto que nos apasione cada día más, y
obtengamos así su recompensa.
Esther Martí
Barrios
Estilista, Técnica y
Profesora de Peluquería, con
una extensa práctica en la
enseñanza de las técnicas, venta y tratamientos capilares en peluquería.
LA
PELUQUERIA ANTES DEL SIGLO XXI
El arte del peinado ha ido
evolucionando a los largo de su historia,
en paralelo a como lo ha hecho las
diferentes artes.
Su evolución se nutre de los avances y
cambios en las manifestaciones artísticas, son éstas las que nos proporcionan
hoy, los testimonios de cómo fueron estos peinados en las distintas épocas
históricas.
Cada etapa en la Historia, su
política, cultura, y economía,
marcan y transforman el arte, en los
distintos estilos artísticos, así
surgieron, por ejemplo, el Arte
Románico, Gótico, Renacentista, Barroco, Neoclásico, Romántico, etc.
La peluquería y sus creaciones nadarán
en estos movimientos
artísticos, nutriéndose de sus
ideales, y reflejando en sus peinados la moda de aquella época y con ésta el
reflejo de una sociedad. De esta forma cuando en el mundo clásico, el Arte
busca el equilibrio, la sencillez, la naturaleza de las cosas y su canon ideal,
la peluquería creará peinados con estos mismos perfiles, buscando los mismos
fines.
Lo seguimos viendo en la Edad Media,
con la profunda
transformación política, religiosa y
cultura, surgiendo un arte acorde al momento, sin idealismos naturales, ni
belleza serena. Se pasa a una estética diferente, no centrada en el hombre,
sino en el Dios todopoderoso.
Los peinados evolucionarán a formas
más complejas y antinaturalistas. Ej. Peinados tirantes, dejando las frentes
despejadas, incómodos tocados, etc.
Como muestran peinados del tipo
“hennins “o “los cuernos “,
simplificación de la cual se hizo eco
la moda inglesa de la corte de la familia Tudor.
El Renacimiento con su resurgir de la
Antigüedad Clásica,
lleva a artistas, pensadores, y
peluqueros a adoptar de nuevo los cánones clásicos. Los peinados volverán a los
estilos griego y romano.
El Barroco y Rococó, dan paso a todo
un bombardeo de
movimiento, pasión, desequilibrio y
provocación. Los vemos en la
arquitectura sinuosa de Borromini o
Bernini, en la escultura de Pedro Puget o Francisco Girardon, y en la pintura
voluptuosa de Rubens, vibrante de Rembrandt, tenebrosa de Carvaggio o pícara y
sensual de Fragonard o Boucher.
El peinado sigue en la misma línea de
la voluptuosidad, opulencia y desmedida, ya que éste, evolucionará hacia
peinados imposibles de llevar, de gran laboriosidad y gran lujo en los
complementos y adornos, toda una composición arquitectónica.
Tras un nuevo movimiento cultural o
artístico, detrás viene otro, así ocurrió con el ocaso del Barroco y Rococó,
dando paso a una nueva etapa, marcada por unos acontecimientos cruciales en la
Historia, la Revolución Francesa de 1789 y la Revolución Industrial. En esta
nueva fase, se sucederán distintos estilos artísticos, coincidentes con los
distintos estilos en el peinado y la moda, nos referimos al Neoclasicismo,
Romanticismo, y Realismo Social.
Toda esta síntesis de la evolución
histórica, artística y estética, la he puesto en el plano didáctico, para
aplicarlo como docente en el aula, promoviendo el interés de los alumnos por la
historia de su profesión, utilizando para ello los elementos indispensables,
tales como: Objetivos, contenidos, metodología, actividades y evaluación. Para
hacer que los conocimientos científicos y prácticos consigan formar parte del
“aprendizaje significativo“ del alumno.
LA PREHISTORIA
En nuestros días, todavía algunas de las consideradas culturas primitivas consideran que el alma de cada persona se encuentra en su cabello.
La importancia mágico-religiosa del cabello propició que ya en tiempos remotos su cuidado tuviera una considerable importancia en muchas sociedades.
Es posible que la primera herramienta usada por el hombre para cortarse el cabello fueran las lascas extremadamente afiladas de piedra de sílex, resultantes del laborioso proceso de obtención de material cortante a partir de golpear unas piedras con otras. El corte de pelo se debía indudablemente a cuestiones prácticas o ceremoniales y nada tenía que ver con los motivos únicamente estéticos de épocas posteriores.
Espinas de pescado, dientes de animales y ramitas secas de plantas diversas fueron los primitivos peines de aquellas gentes, que se supone que incluso llegaron a utilizar sangre, grasas y tintes vegetales como colorantes para teñir sus cabellos, siempre por motivos rituales.
EGIPTO
En el antiguo imperio Egipcio se producen los cambios más significativos en cosmética: el corte del cabello como diferenciación entre clases sociales, los primeros pigmentos de origen vegetal para el cabello…En el Imperio que creció a orillas del Nilo, era frecuente, como hemos podido observar en distintas películas y documentales, hombres con la cabeza totalmente rasurada; no así los sacerdotes y los miembros de las elites gobernantes. Estos se desmarcaban con un símbolo de distinción entre la plebe, esclavos y súbditos; el cabello con diferentes peinados, colores, pelucas de pelo lacio y cabello natural, así como, valiosos tocados de oro y piedras preciosas.
En esta época se comienza a hablar ya de los pigmentos de origen vegetal para el cabello. El descubrimiento de las propiedades colorantes de la henna dio a las féminas la posibilidad de obtener en sus cabellos colores rojizos y caobas.
Peinados, pelucas, baños de leche, estilizadas siluetas,… todo formaba parte de una cultura en la que lo espiritual, el arte, la religión y la ciencia tenían una importancia fundamental. El cabello se teñía de henna o bien se rasuraba para facilitar los continuos cambios de pelucas; la piel se mantenía tersa mediante ungüentos o baños perfumados o de leche; los ojos se remarcaban en negro, engrandeciendo y suavizando su forma natural; el carmín blanco de los labios, utilizado para restar vivez a la cara, y el rojo para las mejillas, se extraían de las plantas; coloreaban los párpados en verde o azul mediante antimonio.
Todo gracias al avance de las comunicaciones (marítimás y terrestres del mundo Egipcio) y a los constantes conflictos, las costumbres se propagaron más rápido por el Mediterráneo.
Las dos reinas que más destacaron por su belleza fueron Nefertiti, de quien se recuerda su estilizada silueta a pesar de haber sido madre seis veces, y Cleopatra, famosa por sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de leche.
GRECIA
El mundo griego, impregnado de sabidurías de oriente y occidente, entre lo terrenal y lo divino, creó un culto al cuerpo propagado y alimentado de leyendas e ideales de belleza. En esta búsqueda de la perfección divina en la que estaban inmersos, no solo cultivaban su cuerpo, también su rostro y pelo; los peinados tenían muchos detalles, de los que tenemos referencia gracias a las esculturas. Estas nos muestran mechones cortos que rodeaban la frente, melenas largas recogidas y a diferencia de los egipcios, mucho movimiento expresado a través de la ondulación del cabello.
Es en la sociedad helena donde aparecen por primera vez las academias de peluquerías regentadas por esclavos que adornaban, engalanaban y embellecían las filosófales cabezas de los griegos (ciudadanos).
Será la tierra de Rómulo y Remo la heredera directa de los gustos y aficiones griegos. Así, también adoptó el concepto de la belleza física y, por ende, la preocupación por observar la belleza de sus cabellos.
Una grata sorpresa para las mujeres romanas sucedió cuando vieron a las cautivas que trajo Julio César de las Galias, que lucían unos hermosos cabellos rubios, a los que quisieron imitar. Es este el origen del gusto por la belleza nórdica, es partir de este momento cuando se realizaron pruebas para aclarar el tono del pelo, predominando el compuesto de sebo de cabra y ceniza de haya, pese a que no resultaba demasiado saludable para el castigado cabello.
Los peinados fueron variando, teniendo en cuenta la larga duración del imperio romano y la influencia que fue recibiendo del contacto con los diferentes pueblos que iban conquistando. Podemos hablar de los más habituales como el cabello rodeando la cabeza, la melena con rulos y el cabello recogido y trenzado.
Ya en esta época, se practicaba la peluquería en forma permanente, surgiendo especialidades según qué se realizara: peinado, color, postizos, etc.
En Grecia lucían rizos, ellos con el cabello corto y ellas con el pelo largo recogido en moños que envolvían con redecillas doradas o cintas.
Pero la mayor atención se prestaba al cuidado del cuerpo, que se realizaba en los baños públicos: primero diversos ejercicios físicos, luego el baño generalmente con agua fría; los masajes también tenían un papel esencial, seguidos de la aplicación de aceites perfumados extraídos de flores.
El maquillaje de las mujeres consistía en color negro y azul para los ojos, las mejillas coloreadas con carmín y los labios y uñas en un único color; el color de la cara debía ser pálido como reflejo de pasión.
Los íberos tuvieron una enorme influencia de la cultura griega: pelo trenzado y enroscado y cubierto de tela, complementos como mantillas y peinetas, así como cintas, redecillas y diademás a modo de corona de influencia griega.
LOS PUEBLOS BÁRBAROS
Los pueblos a quienes los romanos denominaron “bárbaros” fueron en cuestiones de peluquería, como en muchas otras, gente eminentemente práctica. Los cabellos largos y sucios podían llegar a ser realmente molestos y siendo pueblos humildes y poco dados a valorar y considerar criterios estéticos hicieron de las trenzas y las colas de caballo sus peinados insignia.
Las damas se limitaban a llevar el pelo dividido con una raya en medio y, a veces, rematado con dos gruesas trenzas, generalmente postizas, cayendo sobre sus hombros o rodeando su frente
Guerreros y cazadores, poco dados a cultivar las artes, no podían entretenerse en rizar, colorear o decorar sus cabellos. Así que en algo coincidieron los hunos que venían de Oriente con celtas y vikingos del Centro y Norte de Europa: el cabello largo y trenzado (negro en los primeros y rubio o pelirrojo en los otros).
Es una época de total oscurantismo en lo que se refiere a la cosmética y a la peluquería. Sólo los barberos, que aparecen como gremio organizado, desempolvan antiguas recetas que constituyen los cimientos de lo que con el tiempo será la gran industria de la belleza en nuestros días.
ROMA
Entre las múltiples adopciones culturales que los romanos tomaron de los griegos, se encuentran, como no, los criterios estéticos, y entre ellos el de mostrar cabellos lustrosos y peinados elaborados y con infinidad de detalles.
El cabello era corto para los hombres y solía sujetarse con una cinta. Las mujeres podían dejar caer su cabello rizado, en forma de tirabuzón o ligeramente ondulado, o bien recogerlo en moños sobre la nuca, que envolvían con redecillas y cintas del mismo modo que anteriormente hicieron las griegas.
Las mujeres romanas envidiaban las cabelleras rubias de las mujeres del norte de Europa que los soldados de Julio César traían prisioneras, para lo cual utilizan diversos productos colorantes, el más usado está compuesto por sebo de cabra y ceniza de haya. La agresividad de ciertas fórmulas hacen estragos en el pelo, lo que da lugar al auge de la fabricación de pelucas.
La estética constituyó una auténtica obsesión para hombres y mujeres. El cabello era corto para los hombres y solía sujetarse con una cinta; las mujeres dejaban caer su pelo en forma de tirabuzón o ligeramente ondulado, o bien lo recogían en moños sobre la nuca, que envolvían con redecillas o cintas del mismo modo que las griegas. Pero no existía un ideal único de belleza, sino que recogieron influencias dispares de los pueblos conquistados, por lo que comenzaron a hacer pruebas para aclarar el cabello.
Los salones de peluquería eran ya un negocio, aunque en aquel entonces no existían de modo global como en la actualidad sino que se organizaban por especialidades. En unos se realizaban peinados, en otros se daba color, en otros se hacían pelucas o postizos, existiendo de esta manera los encargados del peinado, tinturista, posticero, ayudante... Las aportaciones más importantes son el campo de la posticería y la coloración capilar.
No fue hasta cientos de años más tarde en que se consideró el hecho de que, al tratar todos con una misma materia prima, el cabello, lo mejor era unirse para dar un servicio completo.
Las barberías, existentes también en época helenística, se convirtieron en centros de encuentro y charla mientras auténticos profesionales se encargaban de arreglar cabellos y barbas.
El médico y egiptólogo Jonckheere, que dedicó toda su vida al estudio de la medicina en Egipto, describió algunas de las recetas cosméticas que utilizaban los antiguos habitantes del valle del Nilo. Entre ellas se encontraba un peeling para suavizar la piel o un machacado para aliviar la picazón de los pies. Pero nos fijaremos especialmente en aquella que trataba problemas capilares, más concretamente la caída del cabello.
Antigua receta egipcia contra la calvicie:
Recomiendo no intentar hacer esta receta, solo es meramente información histórica.
· Vísceras de pescado
Órganos genitales de perro
· Excrementos de moscas
· Suciedad de las uñas de un hombre
· Ratón cocido metido en grasa
Colocar la mezcla sobre la cabeza y esperar hasta que apeste Posiblemente la mezcla apestaba en el mismo momento de su elaboración y prácticamente seguro que tal receta era completamente ineficaz para su propósito, sin embargo es posible que fuera más importante la fe que se depositaba en los resultados que los reales que podía aportar.
Sin duda los egipcios fueron un pueblo muy preocupado por sus cualidades físicas.
LA EDAD MEDIA
S.V al S.XV
Con la caída del Impero Romano, el arte y la cultura van a
experimentar grades cambios, adentrándose en una fase de oscurantismo llamada “la Edad Media “, o “Edad Oscura “, por algunos historiadores, no se corresponde con grandiosas obras que se construyeron en esta época.
Pero centrémonos en el peinado, donde observaremos un gran
cambio, que irá de la simplicidad en el peinado y austeridad en los adornos, hasta formas más complejas y adornos a base de espléndidas joyas.
El cristianismo se expande por toda Europa, y la Iglesia, que se ha
hecho represora, es la única estructura organizada con influencia general, por lo tanto el hombre ya no es el centro de la cultura, sino un humilde servidor del todopoderoso Dios.
De los excesos de épocas anteriores en cuestión de estética, lujo y
diversión, ahora, todo se vuelve des revés, el culto a uno mismo esta perseguido, el cuidado del cabello o cuerpo no es costumbre, por lo que surgen peinados sencillos y sobre todos útiles, sin ostentaciones en los adornos.
Época caracterizada por la austeridad, donde teñirse el cabello dejó de ser material y moralmente posible. Sin embargo, tal y como marcaba la Iglesia, las mujeres debían llevar el pelo largo y bien recogido, lo que les obligó a inventar todo tipo de trenzas y moños y a cubrir el pelo con capuchas, velos, gorros y sombreros (en invierno y en verano) para protegerse de la suciedad y los piojos ante la falta de jabón. Las más humildes tejían trenzas en sus cabellos que enroscaban en la cabeza.
La raya en medio era lo más convencional. Las clases más afortunadas disponían de joyas y diademás.
La única aportación fue la aparición de los tirabuzones como peinado. Las clases altas también recogían su pelo pero de forma más sofisticada y sustituyendo las capuchas y gorras por finas telas.
S.V al S.X:
Se comenzó a complicar más los peinados y sus adornos.
El más característico consistía en una raya central, ordenando el cabello en dos trenzas dispuestas a ambos lados del rostro y recogidas en dos rodetes, atadas con cintas y dejando libre las orejas. Se decoraba con un fino velo que caía sobre sus hombros, además de perlas, pedrería, y cintas de oro.
S.XI al S.XV:
En el siglo XI se volvió a la moda del cabello suelto,
que dio paso en el XII a las dos trenzas, para volver en el XIII a los dos rodetes de trenzas, adornados esta vez por redecillas de oro.
Es en el siglo XIV, donde aparece la revolución en el peinado medieval: de los rodetes de trenzas se pasará a los famosos peinados llamados “cuernos”, muy aparatosos y polémicos: consistían en colocar el cabello en forma de cuernos abiertos, largos y altos en bandas planas a cada lado, las puntas eran
de 20 o 30 cm y se fijaban con unos canutillos. La estructura de este aparatoso peinado estaba montada en caparazón de hilo de hierro, recubierto por un velo de gasa que llegaba hasta los hombros.
A finales del siglo XIV los incómodos peinados cuernos se fueron
simplificando, ahora los cabellos de distribuían a partir de una raya central en los laterales de la cabeza, formando dos volúmenes laterales en forma de cuernos, un ejemplo lo vemos en el famoso retrato del “Matrimonio Arnolfini “de Van Eyck. O en la misma Elizabeth, reina de Inglaterra.
Estos peinados se adornaban de pedrerías, en especial de perlas, además de cintas, plumas, diversa joyas, y velos.
Otro peinado de éxito entre las damas del siglo XIV, fue el llamado peinado “hennins”, fue introducido en Francia por Isabel de Baviera al casarse con Calos IV. Éste estaba formado por un birrete muy alto colocado en un armazón de cartón recubierto con telas y perlas incrustadas. El velo caía hasta los hombros, llevando arriba la corona real.
Al terminar el siglo XV, se impone de nuevo los cabellos largos y sueltos.
EL RENACIMIENTO
S.XIV Y XV.
El despertar del Renacimiento devuelve a la humanidad su pasión por la belleza y el adorno. Multitud de crema, ungüentos y polvos aparecen para dar respuesta a esa nueva inquietud por el arreglo personal.
Italia se convierte en el centro europeo de la elegancia, vio hacia el siglo XIV, el resurgir de toda una cultura, nos referimos al resurgir o “renacimiento” de lo clásico.
Se deja a un lado la omnipresencia de la cultura medieval, por una nueva afirmación de los valores del hombre. Se vuelve a la belleza serena, al gusto por la naturalidad de las formas, a la representación de los hombres como medida de las cosas.
El arte retoma a la antigua Grecia y Roma y la actualiza.
Este mismo resurgir lo veremos también en el peinado. Se volverá de nuevo a peinados más naturales, inspirados en los antiguos peinados griegos, dejando atrás los aparatosos y antinaturalistas, peinados llamados “hennins” o los comprometidos “cuernos”.
El peinado femenino se caracterizó en su mayoría por las ausencias
de volúmenes en la parte frontal, dispuesta ésta con raya en medio. A partir de la coronilla se organizaba el cabello en un volumen circular que sobresalía discretamente por la parte frontal. Estaban adornados con perlas, trenzas, cintas y pedrería fina, sin ningún recargamiento. A veces este peinado añadía un discreto y corto flequillo de pequeños rizos, dispuestos graciosamente sobre la hermosa frente de las damás.
Como vemos se pasó de los grandes volúmenes frontales (hennins) o los volúmenes exagerados en los laterales (cuernos), a un peinado más sencillo y sobre todo más cómodo, hecho a la medida del hombre.
Ésta nueva moda en el peinado traspasó fronteras llegando a España y Portugal, siendo una muestra de ello, los hermosos peinados que
lució Isabel de Portugal, introduciéndolo en la corte española tras su casamiento.
Las mujeres venecianas extienden la moda del cabello rojo anaranjado.
La tonalidad rojiza, dominante en la moda de la época, la consiguen aplicando sobre el cabello una mezcla de sulfuro negro, alumbre y miel. Luego dejaban los cabellos expuestos al sol sobre las alas de un sombrero sin copas.
Tener el pelo rubio era sinónimo de buen gusto, los tonos rubios de moda eran el rubio ceniza, azafrán y el denominado "hilo de oro", y para conseguirlo mezclaban los extractos más inverosímiles, como flores de altramuz tostadas y machacadas con salitre, grasas de ballena, sales de plata de lejía, etc.
Los accesorios proliferan y aparecen los postizos; redecillas, coronas y joyas se extienden no solo en la Corte, sino también entre las florecientes clases urbanas.
A pesar de los cambios producidos, todavía la higiene personal dejaba mucho que desear.
EL BARROCO
Siglo XVII-XVIII
París en el siglo XVII es el corazón de Europa. Francia impulsa y populariza el arte de la peluquería. Gran monumentalidad en el peinado, las damás tienen que arrodillarse para entrar en las carrozas. Se mezclan con el cabello gasas, joyas, plumás, flores, frutas... hasta maquetas de castillos y barcos. Los cabellos blancos en la Francia cortesana hacen furor, hombres y mujeres empolvan su cabello natural y sus pomposas pelucas.
Siglos de riqueza decorativa y exageraciones en los que lo más característico del look de las pelucas blancas mediante las cuales se diferenciaban las clases sociales. Se mezclaban con el cabello joyas, gasas, plumás, flores, cintas,…
Son verdaderos artistas en la confección de pelucas. Para rizar el cabello de las mismás lo enrollan en palos cilíndricos que luego sometían al calor en hornos de panadería. En esta técnica se basará siglos más tarde la permanente en caliente. El polvo blanco con el que coloreaban el cabello es una mezcla de talco y almidón.
La higiene no se consideraba una facultad indispensable a pesar de considerarse tan refinados.
El Siglo XIX
Con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial se instauró la sencillez y la naturalidad, como línea a seguir en todos los sentidos, dejando de usarse las pelucas y abalorios de fantasía. La revolución industrial acelera el ritmo de vida obligando a optar por la simplicidad y la comodidad en el peinado.
La carrera de la moda tiende hacia la sencillez y a finales de siglo las pelucas, los bouffons y los poufs duermen el sueño del olvido.
Aumentaron las medidas higiénicas y surgieron nuevas profesiones, entre ellas, la peluquería. Los peluqueros trabajaban sobre todo a domicilio en el caso de las mujeres de la burguesía; los hombres en cambio continuaban acudiendo al barbero a cortarse el cabello.
El moño se considera el peinado más distinguido del momento que en el caso de las burguesas se cubría con un sombrero al salir a la calle como máximo adorno.
En 1867, aparece el agua oxigenada, lo que representa un considerable progreso frente a viejas recetas abrasivas.
A finales de siglo aparecen los primeros colorantes sintéticos.
El Siglo XX: 1900-1930
El Siglo XX es el siglo de las vanguardias y el nacimiento de la moda. Nacen definitivamente los salones, que se acercan al pueblo; los productos específicos dejan de ser artesanales y aparecen las grandes firmás; se dedica una parte del presupuesto familiar a arreglar el peinado y surgen las escuelas y estudios reglados de peluquería.
El s. XX terminó de asentar la importancia de la estética capilar. El polaco Antoine crea a principios de siglo el “estilo garçonne”. Alexandre de París hace de la peluquería un arte, y las hermanas Carita convierten el peine y las tijeras en lujo.
Este siglo trae consigo un fenómeno que revoluciona la sociedad. Los Medios de Comunicación dan lugar a su vez a una nueva y sorprendente religión: EL CULTO A LA IMAGEN.
La incorporación de la mujer al trabajo, la popularización del deporte y un largo etcétera introducen profundos cambios en la sociedad. , éstas llevan el pelo corto, puesto que buscan la comodidad.
Durante el primer cuarto de nuestro siglo ni siquiera las melenas sobreviven. El corte de pelo a lo garçon hace furor en el mundo entero. Desde entonces han sido muchos los caprichos de la moda... los cabellos han aumentado y disminuido su volumen, Han permanecidos largos o cortos, lisos u ondulados, oscuros o claros... la moda no se detiene.
Otro hecho importante es la aparición de los primeros sindicatos y asociaciones de peluqueros, así como los gremios de peluqueros.
La belleza y la moda ya no es solo privilegio de un gremio o clase social. Los avances técnicos y científicos hacen de la cosmetología capilar y la peluquería una potente y poderosa industria.
En 1906 Carlos Nessler inventa la permanente en caliente. Aparición de los primeros salones de peluquería después de la Primera Guerra Mundial. Incorporación del agua oxigenada en los colorantes.
Patente sobre el uso de la p-fenilendiamina en colorantes capilares (este componente sigue en la actualidad como componente de muchos tintes).
Introducción de la p-toluilendiamina en colorantes capilares (colorante menos tóxico que el anterior).
Formulación de champús a base de detergentes sintéticos (tensoactivos).
Formulación de las permanentes en frío a base de tioles.
Empleo de la polivinilpirrolidona (PVP) y sus copolímeros en lacas capilares.
Utilización de los rayos láser en el tratamiento de enfermedades capilares.
Incorporación de sistemas programadores de peluquería para ondulaciones, tratamientos, etc.
La peluquería del siglo XX: primero necesidad, después arte y, últimamente, casi una cuestión de Estado.
El Siglo XX: 1930-1960
La época dorada de Hollywood, la de lo que hoy son los clásicos del cine, influirá en todos los aspectos de la moda. En peluquería, las grandes ondas en el más puro estilo Vivien Leigh, Maureen O’Hara o rita Hayworth se convirtieron en el máximo exponente de la elegancia. Sin embargo, si un peinado creó escuela fue el llamado “Peek-a-boo-bang” consistente en una abundante mása de cabello rubio platino ondulado que tapaba un ojo, popularizado por uno de los grandes mitos del celuloide: Veronica Lake.
Tal fue el éxito de su look que el Departamento de Guerra de los EEUU exigió a la Paramount la prohibición del célebre peinado de la diva, puesto que, según ellos, las chicas que trabajaban en las fábricas de armamento lo estaban imitando y, al llevar un ojo tapado, se estaban produciendo numerosos accidentes.
Pero si hubo una actriz que determinó el tipo de trabajo que se realizaba en peluquería ésa fue Marilyn Monroe.
La rubia más sexy de la historia podría considerarse un fraude, puesto que es bien conocido que su color natural de cabello era castaño. Aún así, fue tal el éxito que consiguió tiñéndose de rubio platino, que miles de mujeres de todo el mundo no dudaron en emularla, intentando acercarse a la imagen de la seductora actriz.
Fueron tiempos de melenas rubias y onduladas, aunque no todo eran cascadas de cabello cayendo encima de los hombros. Los grandes crepados eran habituales en las calles, y las peluquerías tenían mucho más trabajo peinando que cortando o tiñendo.
En lo que a productos se refiere fueron los años de mayor auge de “lacas” y “plis” que debían mantener intacto el laborioso trabajo de los peluqueros.
Cualquier mujer que se prestara debía acudir al salón como mínimo una vez por semana, aunque en la alta sociedad no resultaba extraño hacerse peinar a diario por un especialista.
Las medias melenas con puntas graciosamente inclinadas hacia fuera o las melenitas cortas con mucho volumen triunfaron también, siempre gracias a abundantes cantidades de fijación.
Entre los hombres fue más la música que el cine lo que popularizó determinados peinados, así en los 50 se extendió por todo el mundo el mítico tupé de Elvis, sostenido gracias a fuerte gomina (entonces brillantina).
Anteriormente, sin embargo, era el pelo corto de estilo militar lo que más se había llevado, cómodo y práctico, el look se popularizó especialmente.
El Siglo XX: 1960-1980
En los años “60 y 70” se vive una auténtica revolución en lo referente a la moda del cabello. El peinado se convierte en una de las más características señas de identidad de cada persona, y especialmente los jóvenes lo convierten en el santo y seña de su grupo o “tribu urbana”, de manera que les identifique con unos determinados ideales o convicciones, o les encuadre como seguidores de unas tendencias concretas.
Así, los “rockabilies” que habían surgido en la década anterior se peinarán con un tupé al más puro estilo Elvis y lo perpetuarán hasta los años 90 (como puedes verse en España con los fans de grupos como 2Rebeldes o Loquillo y los Trogloditas”.
Los seguidores del movimiento “beat” imitarán a “The Beatles” con sus melenitas y flequillos escandalizando a propios y extraños con lo que entonces se consideraba una melenita demasiado larga para el público másculino. Pero en los 70 llegó la auténtica revolución de forma y color: el glam, con David Bowie en cabeza, propulsó el mullet (flequillo muy corto y pelo más largo en la nuca) que llegó a evolucionar hasta límites insospechados con el movimiento punk que construyó altas crestas de colores estridentes sobre una base de mullet.
También en los 70 escandalizaban los rastas, que siguiendo los dreadlocks de Bob Marley triunfaron inicialmente entre el público afro-americano, aunque en los 90 se popularizaron a todo tipo de público joven, incluyendo a las chicas que en un primer momento se habían mostrado más reticentes a adoptar este peinado.
Por su parte el “movimiento hippie y posteriormente” el grunge, propulsaron una moda “anti-peluquería” en la que lo que se priorizaba era un pelo descuidado, largo y caído de la manera más natural posible. Para los pseudo-seguidores de estas tendencias fue necesario sin embargo un buen trabajo de salón, para conseguir un aspecto descuidado en lo que realmente era un cabello bien tratado.
Sin embargo si hay dos peinados a resaltar de la moda cabello de los años 60 y 70 que se popularizaron de manera desorbitada, estos fueron la “permanente y el bob”. Los rizos exagerados a lo “Jackson Five” y el peinado de “corte de paje” que presentó inicialmente Vidal Sassoon, supusieron dos de las grandes fuentes de ingresos de los salones en esas dos décadas y la mayor parte de la posterior.
Ambos buscaban algo que ha caracterizado la moda cabello de la edad contemporánea: la comodidad, no sólo al llevarlo, sino al peinarlo.
La mujer trabajadora del S.XX necesitaba levantarse, ducharse y estar arreglada en el mínimo tiempo posible, y estos dos peinados le suponían esta ventaja.
El Siglo XX: 1980-2000
En los años 80 empezó, sobre todo en España, donde se gozaba de una recién estrenada democracia, el mundo tal y como lo conocemos hoy en día.
Las dos últimas décadas del S.XX supusieron una introducción perfecta a la dinámica del siguiente milenio, y como dijo Raffel Pagés, peluquero catalán, “la obsesión estética se compagina con la victoria femenina sobre las grandes batallas sociales, políticas y personales”.
En el mundo occidental la mujer ha conseguido emanciparse, y al contrario de lo que se podía pensar en un principio, esto supone el empujón final a la cultura del culto al cuerpo. Las mujeres quieren demostrar más que nunca que su profesionalidad no está reñida en ningún caso con su belleza y los cuidados que esta necesita. A su vez, el hombre no querrá ser menos, y empieza también a preocuparse cada vez más por su físico, a utilizar productos cosméticos, a seguir las tendencias de la moda y a no avergonzarse de dedicarse a los cuidados personales.
A partir de este momento en peluquería se empiezan a crear “tendencias”, es decir que los estilistas “proponen” determinadas pautas de moda, pero sin “imponerlas”
Las tendencias forman corrientes a seguir que permiten que cada cual adapte a su gusto las propuestas de cada temporada., según su personalidad, su forma de cara, su manera de vestir, etc.
Color, textura, medida del cabello... quedan al gusto del consumidor.
Así en los ochenta se llevaban los cabellos ondulados ligeramente, y en los noventa triunfaron los desfilados, los escalados y finalmente a partir del 2000 las extensiones, pero cada cual ha dado a estas ideas su toque personal.
LOS INICIOS DEL SIGLO XXI
Los pocos años de este nuevo milenio marcan un camino en el mundo de la peluquería que ya había empezado a ser trazado en la última década del S.XX.
La mezcla de culturas, de estilos, el cambio constante, el atrevimiento ante formas y colores ha abandonado las pasarelas y las páginas de las revistas y ha invadido las calles.
Todo puede llevarse.
Los grandes ídolos estéticos masculinos suelen surgir del mundo del deporte, por lo que los looks que lucen futbolistas o jugadores de baloncesto son imitados por miles de chicos de todo el planeta.
Entre ellas siguen triunfando como ejemplos a seguir cantantes, actrices y top-models, los estilistas de las cuales cogen sus ideas de la calle para aplicarlas en pantallas y pasarelas, popularizarlas y finalmente extenderlas por los diferentes países de todo el mundo.
Todas las barreras geográficas han quedado destruidas y la comunicación circula a gran velocidad, provocando que modas y tendencias no duren más de una temporada.
Las extensiones fijas o de quita y pon, los baños de color, los postizos, los tintes de alta calidad que no dañan el cabello, las ceras, geles y espumas que texturizan y dan formas, los accesorios y complementos, los protectores solares y todos y cada uno de los productos que pueden encontrarse en el mercado formulados y/o diseñados para el cabello han convertido lo que era un lujo en una necesidad, y la industria de la belleza se ha entrado en la mayoría de hogares.
Jóvenes y no tan jóvenes reservan una parte de su presupuesto mensual a cuidar su cabello, a hacerlo cambiar, a colorearlo o darle forma, hacen tratamientos específicos para su cuidado y embellecimiento con iones negativos, hay secadores y planchas iónicos, es decir, al tiempo que secamos el cabello, lo hidratamos, le damos brillo, quedando suelto y sedoso...
Empieza el milenio de la peluquería, el tiempo en que las barreras han sido derrocadas y cualquiera de los estilos que a lo largo de los siglos anteriores han triunfado ahora se puedes ver en las cabezas de los/las más atrevidos y vanguardistas.
Entre el 2008 y el 2009, la decoloración de última generación deja de ser en polvo para convertirse en un producto “pate”, que por su fórmula compacta, reduce el efecto volátil durante su manipulación y por su homogeneidad, pasta en mousse, crea sobre el cabello un efecto adherente que deja trabajar cualquier tipo de técnica en decoloración, mechas, reflejos, velos, etc.
Estas nuevas fórmulas hacen que se puedan obtener resultados rápidos con muy buena aclaración desde su primera aplicación respetando la fibra capilar.
Son productos muy ópticos, presentándose de manera cómoda y fácil de trabajar, que con su viscosidad permiten una mejor emulsión, consiguiendo resultados de mayor penetración del producto.
Llega en el 2010 ciertas marcas comerciales lanzan la decoloración y el tinte sin amoniaco, un gran avance para el cabello, pues cada día se conocen más mujeres con alergia a los colorantes (PPD) y al persulfato de amonio, y a otros derivados del amoniaco.
A la vez es un producto que deja actuar al peluquero en todas su formas de creación y sin dañar la fibra capilar, manteniéndola en perfecto estado, brillante y sedosidad en el cabello.
Hasta el 2013, sólo dos firmás comerciales los hacen libre de PPD, junto a la firma Schwarzkopf, sin embargo estos últimos no tienen tanta fijación.
Este concepto de coloración por oxidación, cambia no sólo los hábitos del profesional de la peluquería, sino también los cliente, que experimenta óptimos resultados tanto en cobertura, durabilidad, como en confort, pues está libre de picores y malestares físicos en su cuero cabelludo.
Pero, ¿Qué son los PPD?
Su nombre completo es: parafenilendiamina y es el compuesto responsable de muchas alergias en el cuero cabelludo, picores, y dermatitis, que fue prohibido el siglo pasado en la composición de los tintes en Alemania, Francia y Suecia por provocar graves problemas de salud; sin embargo, hasta el 2010, no se ha encontrado otra sustancia que permita sustituir el PPD del todo en los tintes. (En el capítulo sobre Color te hablaré más ampliamente sobre PPD)
Como has visto, el peluquero o artista del cabello, moldea el cabello dándole mil formas y texturas, valiéndose bien de sus manos o con ayuda de sus materiales o utensilios (hoy en día, cepillo, peine, plancha, secador…)
También puede esculpir el cabello alrededor del rostro del cliente, con las tijeras o navaja, consiguiendo con su arte embellecer el rostro y crear, una obra de arte.
Como ves podríamos incluir, porque no, el arte del peinado dentro de las llamadas “ Artes Menores “ , ya que ambas son fruto de las manos de un artista creador, que con sus conocimientos y su “ don “ o “ saber hacer” crean una pintura, escultura, relieve, peinado o corte, únicos, no igual a otro, ya que no hay dos “ Gritos de Munch” , ni dos “ Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini”, ni dos relieves tales como “ El Ara Pacis de Augusto “, ni dos cortes iguales, ya sea el creador Luís Llongueras, Raffel Pages, Julian Gijón, Jacques Dessange, o nuestro peluquero habitual, porque cada cabello es único y cada creador también.
La peluquería a lo largo de su trayectoria, ha dejado nombres no menos importantes que otros artistas de otras artes, buen ejemplo de ello lo tenemos en las siguientes personalidades, que al igual que; Polícleto en Grecia; Fidias en Roma; Leonardo Da Vinci en el Renacimiento; Miguel Ángel en el Manierismo; Bernini en el Barroco; Fragonard en el Rococó; Ingres en el Neoclásico; Delacroix en el Romanticismo, o Picasso en el arte
Contemporáneo. Han conseguido un sitio en el trono de la inmortalidad.
Algunas de estas figuras son:
-Champagne: ½ S.XVII.
-Leonard: S. XVIII. Peluquero de Mª Antonieta, Reina de Francia.
-Legros: S.XVIII. Fundador de la Primer Academia de Peluquería.
-Tissot y Lerevre.S.XVIII. Publican tratados sobre el arte del peinado, equiparándolos a la pintura o la escultura.
-Marcell Grateau: finales S.XIX. Creador de la ondulación con tenacillas.
-La Martin: sucesora de Champagne.
-Croissat. Fundador el S.XIX, de la Gran Academia de peluquería y autor de “El Arte de Peinar “
-Carlos Nessler: creador de la ondulación permanente.1906, no perfeccionándose hasta 1942, con la permanente en frío.
-Antoine: crea un estilo de corte muy peculiar, “el estilo Garçonne “.1923.
-Gillaume: crea otro estilo de peinado llamado “La Lionne “en 1945.
-Vidal Sasson y Jacques Dessange: en los años 60 da un giro importante al peinado el primero y el segundo en la manera de entender el color.
-Llongueras: creador en los años 90 y 2000 de cortes y estilos innovadores basados en los desconectados, desigualdades tanto en largos, como en volúmenes, texturas o color, dando rienda suelta a su imaginación es capaz de crear obras de arte sin parangón en la historia.
Desconexiones que imita renovando ideas, Pelsynera o Julian Gijón en la peluquería del Siglo XXI, adaptando a sus creaciones la moda londinense a la actualidad.
-Raffel Pages, sigue innovando en sus creaciones desde los 80, con sus inspiraciones Parisinas antes, y sus nuevos conceptos en el 2013.
FOTOGRAFIAS DE DIFERENTES ÉPOCAS ANTIGUAS:
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AGRIPINA |
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AUGUSTUS |
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BARBAROS |
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CALIGULA |
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COIFFURES DES DAMES 1770 |
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DAMA DE ELCHE |
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EDAD MEDIA |
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EMPERATRIZ ELISABHET DE AUSTRIA |
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MARCO ANTONIO |
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MESALINA |
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MONALISA |
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PEINE NAGADAII |
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ANTIGUA ROMA |
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PELUQUERÍA ANTIGUA |
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PELUQUERIA ANTIGUA |
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CLEOPATRA |
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PEINANDO EN EGIPTO |
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PEINANDO EN EGIPTO |
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PEINES, HORQUILLAS... |
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INCAS, AZTECAS, MAYAS |
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POEIS OBSERVAR EL MAQUILLAJE DE NEFERTITI |
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NEFERTITI |
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BARBERIA |
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EGIPTO |
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PEINADO MUY RECARGADO DE FINALES DEL S. I |
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PEINADOS ROMANOS |
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PEINADOS GRIEGOS |
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PEINE NAGADA II |
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PRIMER PEINE SOUFLANT |
PELUCAS PELO NATURAL DINASTIA X
Después de leer toda esta historia, vemos que en
cualquier cultura y en todo momento histórico, el cabello ha tenido siempre una
enorme significación social, tanto para hombres como para mujeres como niños.
Sabemos, por ejemplo, que en el Antiguo Egipto los menores de 12 años llevaban
el pelo a un costado, recogido en una trenza; o que en Roma las mujeres
esposadas lucían las “sex crines”, seis trenzas concéntricas alrededor de la
cabeza.
Como vemos, el tipo de corte y recogido puedes
darnos más que pistas sobre la edad de una persona, su estado civil o su
condición social. En Babilonia, se rasuraba el cráneo de los esclavos, hecho
que contrastaba con las largas melenas de los hombres libres.
El cabello ha estado siempre repleto de
connotaciones, la mayoría de las cuales nos son esquivas por el simple hecho de
que no disponemos de testimonios escritos. Pero hay otras que las encontramos
documentadas, ya sea a través de mitos como el de Sansón y Dalila, ya sea a
través de fuentes literarias clásicas o de vestigios arqueológicos, grabados,
monedas, pinturas y esculturas – pero también útiles y enseres como navajas,
peines, espátulas, jofainas y cepillos_ nos dan pistas sobre las atenciones que
se dispensaba al cabello en cada sociedad.
En una época en que el cabello ha perdido buena
parte de sus atributos de representación social y en que la globalización
estética corre el peligro de convertirse en sinónimo de uniformidad, bueno será
que tratemos de arrojar algo de luz sobre aquel Mediterráneo que fuera crisol
de pueblos y culturas.
Los Egipcios se depilaban por completo el vello y
afeitaban la cabeza. Su preocupación estética se convirtió en culto: hombres y
mujeres cuidaban su imagen no solo para agradarse entre ellos, sino también
para satisfacer a los dioses.
En las ceremonias, el hombre cubría su cabeza con
una tiara y fijaba en el mentón una barba postiza, mientras la peluca de la
mujer, ahuecada, se dividía en el centro cayendo a dos aguas.
Al principio, la artificialidad en el peinado en
Grecia -igual que en la cosmética – estaba reservada a las mujeres de mala
reputación (cortesanas o adefesios), pero poco a poco fue extendiéndose el
resto de la sociedad. Una vez más, lo marginal acabará siendo asimilado
socialmente.
En la educación Griega, la gimnasia, que esculpe y
moldea los músculos, asociada a los masajes y los cuidados del cabello y de la
barba, son prácticas de belleza naturales. Una bella cabellera era signo de
fuerza y de gracia, tanto en hombres como en mujeres.
En Roma, los cabellos femeninos se hicieron más
abundantes mediante postizos de cabellos indios (morenos) o germánicos
(rubios). Como en el país de las pirámides, los colores artificiales se
pusieron de moda, por lo que se recurría a los tintes.
Los guerreros Celtas empapaban su cabello con una
mezcla de agua y yeso pulverizado para conseguir que fuera más grueso y pálido.
Diodoro afirma que lavaban sus cabellos con agua alcalina para mantenerlos
tiesos cual crin de caballo.
Los hombres de cabello oscuro de lo decoloraban,
posiblemente con orines de caballo y ceniza. En ciertos relatos irlandeses se describen
guerreros cuyo pelo era tan tieso que en sus puntas podía clavarse una manzana.
En la selección de fotografías que os muestro los
tocados y recogidos abarcan desde el albor de los tiempos hasta la caída del
Imperio Romano. Mi deseo, más allá de lo estrictamente pedagógico, es que
después de verlos y leer sobre la peluquería a lo largo de la Historia pueda
servirte como fuente de inspiración para alguna de tus clientas a partir de
ahora.
Y aquí empieza tu historia, tu que hoy empiezas, serás el peluquero de
mañana, tu que ya llevas años y no quieres dejar de estar a la última, serás el
peluquero de mañana, todos, seremos el peluquero de mañana, y juntos haremos
una vida mejor a nuestras clientas, dándoles lo que se merecen recibir de
nuestras manos, dedicación, moda, brillo propio...y siempre tendremos en
nosotros la “Peluquería del mañana”. Porque el “mañana nunca muere”,
adelántate, crea y diviértete dentro de un mundo que no tendrá fin. Así que:
¡VAMOS ALLA!
UN NUEVO MUNDO TE ESTA ESPERANDO, UN MUNDO CON MUCHA SENSIBILIDAD, CON
ARTE, CON PSICOLOGÍA, UN MUNDO LLENO DE SATISFACCIONES QUE HARÁN DE TI UN GRAN
PROFESIONAL, CON UNOS VALORES QUE POCAS PROFESIONES TIENEN.
EMBELLECER, DAR FORMA Y DAR VIDA, AL CABELLO.
(Recuerda que el libro está registrado, si quieres un ejemplar, puedes pedirlo a embproyect@gmail.com)